Desde casa es
importante estimular en nuestros niños el desarrollo del lenguaje oral,
principalmente cuando reconozco que mi hijo/hija presenta alguna dificultad en
la articulación de los sonidos.
Estos movimientos de labios, mejillas y lengua
favorecerá este desarrollo, así que anímate a integrarlos de manera lúdica en
las rutinas diarias.
Frecuencia: Mínimo una vez al día.
Ejercicios de respiración.
Todos los
ejercicios fonoarticulatorios deberán realizarse de la forma más lúdica posible
y deben tener un carácter relajado, llamando la atención al niño sobre la
posición que deben adoptar los distintos órganos y teniendo en cuenta que la
imitación será el recurso metodológico básico.
No corregiremos más de dos veces, cómo máximo, si no lo hace de forma adecuada,
ya lo aprenderá en otra ocasión.
Sería muy recomendable hacerlos frente al espejo.
SOPLO
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Inflar globos.
·
Hacer pompas de jabón.
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Soplar velas (apagándolas o bien sin llegar a
apagarlas).
·
Esparcir trocitos de papel sobre una mesa.
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Hacer carreras con bolitas de papel impulsadas con el
soplo.
·
Soplar sobre muñequitos de cartón o papel fuerte que
están delante de él, procurando tumbarlos todos.
·
Soplar silbatos, espantasuegras…
IMITACIÓN DE SONIDOS
Proponer a los
niños un juego de imitación. Han de reproducir sonidos familiares: “¿Cómo
hace…?” ¿Cómo suena…?” Se trata de emitir sonidos onomatopéyicos, que son
preparatorios o reforzadores para la articulación de determinados fonemas.
Por ejemplo:
·
la lluvia (clic, clic, clic…)
·
el viento (sssss…)
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el mar, las olas (boom, boom…)
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despertador (ring…)
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bomberos (nino-ni-no-nino…)
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moto (rum, rum…)
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tren (chaca, chaca…
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campanilla (ti-lim-ti-lim…)
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silbato (pi-pi-pi…)
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cohete (chssss…)
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sonidos de animales: vaca, oveja, gallo…